Un orangután de la isla indonesia de Sumatra fue observado aplicándose la savia de las hojas de una planta medicinal en una lesión que sufrió en un el rostro con el propósito de tratarla. Al cabo de unos días, la herida estaba cicatrizada.
Un grupo de investigadores de instituciones científicas alemanas e indonesias reveló por primera vez evidencia de un orangután curándose una herida facial con el extracto de una planta medicinal usada por los habitantes del sudeste de Asia, informó este jueves el Instituto Max Planck (Alemania).
En anteriores investigaciones se ha documentado a algunas especies de grandes simios ingiriendo plantas específicas para tratar infecciones causadas por parásitos, o frotándoselas en el cuerpo para curar dolores musculares. Sin embargo, los científicos nunca habían visto a un animal salvaje aplicar plantas medicinales para tratar una lesión.
El primer caso de un animal autocurándose
En un estudio publicado el jueves en la revista Scientific Reports, se reporta el caso de Rakus, un orangután macho de la isla indonesia de Sumatra que fue observado en junio de 2022 usando hojas de una planta conocida localmente como ‘akar kuning’ (‘Fibraurea tinctoria’) para curar una herida que sufrió en el rostro, posiblemente como resultado de una pelea con otro simio.
La ‘akar kuning’ tiene propiedades antiinflamatorias y antibacterianas, por lo que es usada en la medicina tradicional para tratar la malaria, la diabetes y otras enfermedades. De acuerdo con los especialistas, Rakus fue visto arrancado y masticando hojas de ‘akar kuning’ tres días después de haber resultado herido.
También observaron al primate aplicándose con los dedos directamente sobre su lesión la savia obtenida de las hojas masticadas. Posteriormente, el orangután cubrió completamente la herida con las hojas masticadas, como si se tratara de un vendaje improvisado. En los días siguientes, los investigadores no detectaron signos de infección en la herida, que al cabo de cinco días estaba completamente cicatrizada.
«Curiosamente, Rakus también descansó más de lo habitual cuando estaba herido», señaló la científica Isabelle Laumer, que señala que dormir influye «positivamente a la cicatrización de heridas, ya que durante el sueño aumentan la liberación de la hormona del crecimiento, la síntesis de proteínas y la división celular».
Debido a que este comportamiento no se había observado antes, los expertos sugieren que Rakus aprendió esta técnica de autocuración de otros orangutanes que viven fuera del parque donde actualmente reside. Esto se debe a que Rakus nació y vivió cuando era joven fuera del área de estudio.
La investigadora Caroline Schuppli sostuvo que «las formas de tratamiento activo de heridas no son solo humanas, sino que también se pueden encontrar en grandes simios africanos y asiáticos». Al mismo tiempo, comentó que probablemente «exista un mecanismo común» para la identificación y aplicación de «sustancias con propiedades médicas o funcionales a heridas» por parte de «nuestro último ancestro común».